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Convertirse al catolicismo, huir del país, o mantener las tradiciones secretamente. Estos son los Bnei Anusim, quienes transmitieron las prácticas judías de padre a hijo, de madre a hija por generaciones a escondidas, muchas veces sin saber porque la hacían.
Michael Freund, Presidente “Shavei Israel” “durante las pasadas dos o tres décadas un creciente número de Anusim en España, Portugal y Suramérica han salido del closet y buscan su historia judía”.
Con la ayuda de Shavei Israel y Michael Freund, los Bnei Anusim están regresando no solamente a sus raíces judías, sino que después de un proceso de conversión, están regresando al país de sus antepasados - a la Tierra de Israel, donde se están integrando.
Maestro enseñando en clase, Purim, hanuka, y todos los ayunos; en todos estos casos suben tres personas a la Torah...
“Aquí en Jerusalén Shavei Israel comenzó Mackón Miriam, un instituto para la conversión y el regreso de españoles y portugueses. Cada año unos 200 estudiantes de España, Portugal y Suramérica vienen a estudiar aquí”, dice Freund.
Renana Bierenbaum, Directora “Machon Miriam” dice que “lo que nosotros damos en la clase es muchísima historia del pueblo de Israel. Un poquito de temas filosóficos, es más halajicos de leyes.
Como van a poder manejar situaciones sensiblemente. Porque tienen una parte de la familia que no es judío, y parte que sí es judío. Que es muy complicado. Trae muchas situaciones que hay que saber manejarlos con mucha sensibilidad.
Yosef y Batya son Bnei Anusim de Valencia, España. Están de turistas en Israel pasando por la conversión ortodoxa, incluyendo 350 horas de clase, y el establecimiento de nuevas relaciones. Al final del proceso, que demora nueve meses, serán recibidos oficialmente como judíos, y podrán hacer la aliyah, la inmigración a Israel.
Yosef Hernandez, Anusim de Valencia “en España a habido una ruptura muy severa de lo que es las raíces judías. Lo que luego se confundieron mucho con el catolicismo, y impuesto además. Nuestro el porqué estamos aquí, nuestra finalidad fundamentalmente es reconectar”.
Gran parte de la práctica judía es responsabilidad de la mujer, siendo que ella es la que tiene que mantener el kashrut, las leyes alimentarias en la cocina.
Batya Guiat, nusim de Valencia “nuestra casa, hemos dejado todo por venir y ser parte de este pueblo, porque nuestra alma pertenece a este pueblo. Entonces cuando uno llega a esa decisión el kashrut es una delicia para nosotros, porque tenemos años queriendo y deseando poder vivir como judíos. Y en España nunca pudimos”.