EE.UU-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Aunque muchos líderes ministeriales culpan la baja en la economía por la disminución en las donaciones de los feligreses, un pastor en el condado Orange en California dice que el cambio general en el flujo de efectivo ha estado llevándose a cabo por años y que, de hecho, es algo bueno.
Ken Eastburn, el pastor de la cadena de iglesias en casas The Well en el área de Los Ángeles, cree que el repentino aumento de iglesias que enfrentan ejecuciones hipotecarias, reducciones de personal y cortes presupuestarios, se debe en parte a los cambios en los hábitos de los cristianos en cuanto a dar.
"Los cristianos no han dejado de dar, pero están reestableciendo el orden de prioridades, y desean que las iglesias hagan lo mismo", dijo Eastburn, refiriéndose a un reciente estudio de Barna que reflejó que las donaciones de las iglesias han estado disminuyendo por años. Con más de 85 por ciento del promedio del ingreso de las iglesias designado a costos de construcción, salarios y otras operaciones internas, Eastburn cree que "los cristianos están optando por dar a organizaciones sin fines de lucro que están cambiando este modelo al revés, utilizando la mayoría de su ingreso para el ministerio directo, no para gastos indirectos".
En el año 2005, The Well era una iglesia Bautista del Sur convencional que, bajo el liderazgo de Eastburn, decidió dar un paso de fe al vender su edificio y comenzar a reunirse en casas por el condado Orange.
"El despojarnos de nuestro edificio nos ayudó a poner las prioridades en orden", dijo Eastburn de la mudanza, la cual describe ahora como "lo mejor que le ha sucedido a nuestra congregación... Hemos regresado a la base, equipando discípulos y compartiendo el amor de Dios. En vez de reunirnos en una iglesia, nos estamos convirtiendo en la iglesia viva, el Cuerpo de Cristo que respira".
Aunque Eastburn reconoce que reunirse en casas quizás no sea [la opción] para todas las congregaciones, dice que las dificultades de la situación económica al menos retan a los pastores a tanto reevaluar su misión principal como a reconsiderar sus prioridades. "Tan devastador como puede ser tener que perder empleados y cortar programas, es tiempo que las iglesias regresen a su propósito principal de hacer discípulos. Muchas iglesias se han llenado tanto de edificios, empleados y programas que han perdido eso de vista... Definitivamente, es una pena que una iglesia enfrente ejecución hipotecaria. Sin embargo, tenemos que animar a las iglesias que se encuentran en esa situación con un mensaje que suena descabellado, pero es sólidamente bíblico: Salgan, el agua está buena."
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