INGLATERRA-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Se llama Vanessa George, trabaja en una guardería de Plymouth y la policía le imputa hasta siete delitos relacionados con abusos a niños. En concreto dos delitos de penetración, dos de tocamientos y hasta tres de creación y distribución de pornografía infantil.
La policía llegó hasta ella tirando del cabo que dejó suelto el arresto, este martes, de un hombre de 38 años en los aledaños de Manchester. Al parecer, al detenido se le imputaron imágenes tomadas en la guardería de Plymouth que terminaron por delatar a la trabajadora implicada.
Vanessa tiene dos hijos y 39 años y está previsto que comparezca ante el juez el jueves por la mañana. Trabaja en la guardería Little Ted desde hace tres años y durante este tiempo ha trabajado sobre todo con niños de entre 0 y 2 años. Un extremo que explica que la mayoría de las imágenes se hicieran en la sala de bebés del centro y que según la policía vaya a ser muy difícil identificar a los niños que aparecen en ellas.
Según el inspector Russ Middleton, las imágenes son de una gran crudeza y algunas alcanzan el nivel cuatro en la escala del uno al cinco que normalmente utiliza la policía británica. Hasta ahora la policía sólo ha incautado un móvil con cámara pero alrededor de 50 expertos analizan el contenido de varios archivos y ordenadores en busca de nuevas pruebas que incriminen a la acusada.
Venganza contra su coche
El martes por la noche, la policía reunió en una iglesia de Plymouth a alrededor de 100 personas, la mayoría padres de los alumnos de la guardería. Se trataba de explicarles el alcance de la situación y de responder cualquier pregunta que tuvieran sobre ella. "Nos dijeron que en algunas fotografías se veían partes de la guardería", decía uno de los padres al diario 'The Times', "todos estábamos muy enfadados y decepcionados".
Tanto que el coche de Vanessa ha amanecido rayado y con una ventanilla rota. Mientras, la policía investigaba otro vehículo de su propiedad: una caravana estacionada en un descampado de Cornwall.
Por supuesto, los vecinos de la detenida no querían dar crédito. "Parecía una mujer tan adorable", dice Helen Robinson, "siempre fue una buena vecina y no dio ningún problema. Espero que todo sea un error".
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