The Demo Site

AUSTRALIA-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) "El infierno en la Tierra". Los supervivientes del tsunami que el martes arrasó las islas Samoa describen así los minutos de pánico y destrucción que vivieron tras el fuerte terremoto registrado en el Pacífico Sur.Decenas de muertos y desaparecidos, cientos de heridos y aldeas arrasadas es el trágico balance de destrucción del tsunami: "Fue todo muy rápido.

La aldea por completo ha desaparecido. No ha quedado ningún edificio en pie", explicaba a Radio Nueva Zelanda Graeme Ansell, un turista neozelandés que se encontraba en ese momento en un hotel de la aldea de Sau Sau y que, como otros muchos, buscó refugió en una zona alta.
Los medios recogen este viernes multitud de estremecedores historias de supervivientes, como la de una madre que pasaba un tranquilo día en la playa junto a sus tres hijos en un 'resort' de la playa de Samoa, en Lalomanu. Los niños jugaban en la arena cuando, de pronto, el tsunami invadió la costa, arrastrando a los tres pequeños, de 3, 4 y 7 años. Dos de los cadáveres ya han sido encontrados, según el diario New Zealand Herald. La madre, que también fue arrastrada por el tsunami, se encuentra ingresada en estado crítico. El padre de los pequeños estaba trabajando cuando se produjo el tsunami. Cuando llegó a la zona, encontró el complejo hotelero destruido.
Una superviviente australiana citada por 'New Zealand Herald' explicaba que el complejo hotelero Sea Breeze, en el que se alojaba con su marido, quedó destruido: "La segunda ola golpeó el edificio y nos arrastró hasta fuera. Logramos agarrarnos a una barandilla pero la fuerza era tremenda. La ola arrastró el mobiliario hacia el tejado".
Según la cadena australiana ABC, la mayor parte de las aldeas costeras del sur de Upolu, donde también se levantaban complejos hoteleros, quedaron destruidas por la fuerza del tsunami, aunque una avería en las telecomunicaciones impedía conocer el alcance exacto del desastre.

Poco tiempo para reaccionar
Otra testigo explicó que la primera ola golpeó tan rápido desde que se produjo el terremoto que los habitantes tuvieron poco tiempo para reaccionar: "Las olas llegaron cinco minutos después desde que se produjo el primer temblor. Fue realmente rápido. Según los planes de evacuación, la ola tarda al menos 15 minutos en llegar...pilló por sorpresa a mucha gente".
Un fuerte terremoto, que según el Servicio Geológico de EEUU fue de 7,9 grados de magnitud en la escala abierta de Richter y de hasta 8,3 grados de acuerdo a otras agencias, originó olas que alcanzaron los seis metros de altura cuando rompieron sobre las costas de la Samoa estadounidense, y otras islas de Samoa Occidental.
Según informaciones recogidas en Apia por la Policía, también aldeas de la pequeña isla vecina de Monono, fueron arrasadas por el tsunami, que sumergió extensas áreas de lo que antes era tierra firme.
"Han muerto muchas personas, también niños", dijo Sione Taimagala a una radio samoana. La mayor parte de las víctimas fueron halladas junto al mar. Por otra parte, cientos de heridos recibieron cuidados en los hospitales de Apia y en centros de emergencia de la ciudad.
Según dijeron residentes en Apia a Radio Nueva Zelanda, tras el terremoto que sacudió la isla durante cerca de tres minutos, gran parte de la población abandonó sus casas para refugiarse en lugares altos de la ciudad, aunque de forma ordenada con la coordinación de la policía.

Zona catastrófica
Tras el desastre, el gobierno de Samoa solicitó formalmente a Australia, Nueva Zelanda y Francia ayuda humanitaria urgente, especialmente plantas purificadoras de agua, medicinas, y tiendas de campaña, mientras que la Unión Europea (UE), por su parte, ofreció al Estado insular asistencia humanitaria inmediata por valor de 150.000 euros.
El presidente de EEUU, Barack Obama, ha declarado zona catastrófica el territorio estadounidense de Samoa. El gobernador en funciones de la Samoa que es territorio de EEUU, Faoa Sumia, declaró el estado de emergencia y en declaraciones a la emisora de radio KSBS, describió como "inmensos y grandiosos" los daños causados por el seísmo y el tsunami "a nivel individual, público y en edificios comerciales" de la capital, Pago Pago, así como en las localidades de Poloa, Asili, y Leone, al sur de la isla.